Declaración de intenciones
Me gustaría contextualizar esta entrada como una necesidad personal buscando unas reflexiones mínimas sobre la enseñanza virtual. Debido a una emergencia sanitaria sin precedentes hemos tenido que dar un salto mortal para adaptar un sistema educativo basado fundamentalmente en la presencialidad y las tareas rutinarias a un modelo telemático.
He elegido conscientemente el término enseñanza virtual en lugar de otros como educación a distancia o teleformación para reforzar el carácter de acompañamiento más allá de modelos más autónomos propios de otras etapas educativas.
También quiero aclarar el hecho de que parto del respeto al esfuerzo de todos los docentes en un momento donde su trabajo se ha vuelto como un calcetín y, en muchos casos, ha recrudecido aún más el habitual juicio público personalista hacia la labor del maestro o profesor sin entender ni el contexto ni las presiones del sistema. No obstante, esto no puede enmascarar la mala praxis por la falta de conocimiento técnico y metodológico, así como la falta de reflexión. Especialmente con la de años, dinero y esfuerzo que se han dedicado a la formación de los profesionales en la integración de las TIC en el aula.
En cualquier caso, lanzo en esta entrada algunos elementos que considero irrenunciables en las reflexiones previas al diseño de esta «nueva» enseñanza virtual. En las siguientes vendrán algunas propuestas de soluciones que vienen del estudio científico y la práctica académica huyendo de modas, tendencias o acciones no evaluadas y contrastadas.
Como prueba de que no tenemos que inventar más allá de volver sobre nuestros pasos, propongo la lectura de la entrada Cómo vendo un PLC en cinco minutos y leería solo los títulos en los que se divide el texto, a ver cuánto podemos aplicar.
Autoevaluación: reflexión sobre el punto de partida

Una cosa es adaptarse y otra hacer un giro copernicanico en todas las prácticas a las que tanto docente como alumnado están habituados. Es difícil por no decir imposible crear dinámicas efectivas dentro de un entorno virtual sin haber hecho acercamientos previos, al menos, al blended learning.
De todos modos, el docente está más que acostumbrado a reinventarse y a buscarse la vida. Lo único que necesitamos es darle un poco de sentido para saber qué estamos buscando. De hecho, esa fase de formación e investigación puede verse en el diagrama como compañero irrenunciable de cualquier de las vías y, en el caso de que falten conocimientos técnicos -en ocasiones, o metodológicos -en muchas más ocasiones- es paso previo a la puesta en práctica.
La tecnología: modelos, competencias y limitaciones

Para iniciar nuestras decisiones técnicas y tecnológicas debemos partir de nuestra situación de partida, así como de la del alumnado en cuanto a sus competencias digital y comunicativa fundamentalmente. No es momento de autosuficiencias, sino de autocríticas. Además, deberemos tener en cuenta la realidad de los dispositivos y conectividad de los estudiantes para tomar una decisión consciente sobre qué entorno virtual de aprendizaje decidimos implementar.
Todas estás decisiones sería oportuno, no obstante, consensuarlas con el centro educativo para así tratar de unificar o reducir significativamente el número de variantes, así como incluso, negociar un PLE (Personal Learning Environment) global, algo que propongo denominar CLE (Community Learning Environment). De este modo ensalzamos el concepto de grupo y de comunidad de aprendizaje y nos centramos en aquellas herramientas de resultados contrastables y consensuadas desde la responsabilidad social y de seguridad de los participantes.
En estas decisiones deberíamos incluir la secuencia de actividad que vamos a implementar. Empezando por el modelo basado en la copresencia de los participantes, para así decidir si va a tratarse de un modelo sincrónico similar al de la clase tradicional con todos presentes a la vez. En ese caso, aunque la elección parece obvia, podríamos optar entre modelos que incluyan la interacción, ya sea esta bidireccional (profesorado-alumnado) u omnidireccional (profesorado-alumnado o alumnado-alumnado), o aquellos unidireccionales que no den capacidad de réplica y se basen en la clase magistral.
Para esta opción unidireccional, parecen más recomendables modelos asincrónicos -desde el punto de vista de la instrucción directa- que al menos permitan la autonomía en los ritmos y tiempos por parte del alumnado. En función del modelo elegido tendremos que adaptar qué tipo de actividades e interacciones vamos a tener en cuenta en el diseño de los procesos de evaluación.
En función de todas nuestras decisiones confrontadas con la realidad de nuestro contexto particular tendremos que hacer frente a una serie de amenazas.

La docencia online: Funciones del tutor. La comunicación
Siguiendo a autores como Cabero Almenara, J., Llorente Cejudo, M.C. y Gisbert Cervera, M. (2007) podemos observar alguna de las funciones que estamos teniendo que poner en marcha a toda velocidad. Tratando de ser sintético, en algunos de los aspectos más relevantes podemos destacar algunas de las funciones del tutor online:

Junto a todas estas funciones, tendremos que modular la comunicación, sobre las que, a pesar de explicitar algunas recomendaciones de carácter académico, creo que deberían centrarse en el aspecto humano: ES MUCHO MÁS IMPORTANTE PREGUNTARTE CÓMO ESTÁS QUE CÓMO LLEVAS LO QUE ME TIENES QUE ENTREGAR.
Tendremos que decidir si concedemos espacio a la atención personalizada -irrenunciable para mí- o nos quedamos con la comunicación en grupo. Más allá de la preparación comunicativa que tengamos o la sintonía con el grupo, podemos recurrir a técnicas tan sencillas como el sándwich, pero desde un punto de vista humano: Cómo estás – hablemos de trabajo – Te deseo lo mejor, aquí me tienes.

Actividades: tipología y evaluación
Ya que no estamos en clase tendremos que dejar de reproducir los modelos que tenemos tan asentados que, por cierto, no tienen por qué ser correctos, con lo que igual reflexionar en tiempos de crisis nos sirve para no volver a ser los mismos y reenfocar algunos aspectos que llevan mucho tiempo pidiendo ser revisados y la presión del día a día no lo permite.
Tomemos decisiones en función del área, nivel, tipo de alumnado, competencias personales, etc. pero no olvidemos que tenemos una oportunidad de acercarnos a unos principios a los que no deberíamos renunciar nunca: educación inclusiva con diferentes niveles de desempeño, basada en la adquisición de competencias útiles para la vida y a una evaluación formativa que incluya seguimiento y retroalimentación efectiva y afectiva.
Dicho esto, debemos ver qué decisiones tomamos de manera consciente intentando ajustarnos a las necesidades de la enseñanza y, de paso podríamos ser variados. Pero, sobre todo, estamos ante un momento donde podemos resolver aquella reclamación atávica en Secundaria de tener tiempo para coordinarnos entre departamentos. De esta manera, las tareas podrán ganar en transversalidad, interdisciplinariedad y enfoque competencial.

En cuanto al soporte debemos recordar que no es sinónimo de tener que convertirnos en youtubers, sino que podemos utilizar materiales muy variados como tablas, infografías, presentaciones, imágenes, vídeos, fragmentos de documentales, audios, etc. A partir de ese material podremos reclamar:
- Replicación: utilizando el material como modelo.
- Comprensión: a ser posible inferencial.
- Digresión: fomentando la reflexión.
- Ampliación: fomentando la investigación.
Y todo ello tiene que se elaborado en un soporte tradicional o multimedia, pero seamos cautos a la hora de utilizar un catálogo limitado de aplicaciones y, sobre todo, las que seamos capaces de explicar.
A la hora de diseñar la actividad, al igual que en la variante presencial, tendremos que tomar una serie de decisiones, especialmente de cara a los agrupamientos y su dinámica de funcionamiento.
Si en algún momento decidimos que lo mejor es grabarnos, también tendremos que abordar una serie de decisiones técnicas:

Y cuando hablamos de adaptarnos a lo que nosotros mismos o nuestro alumnado conoce, en función de lo que hayamos trabajado anteriormente, tendremos que adaptarnos desde un modelaje más fiel a una mayor autonomía. Si seguimos el modelo de secuencia metodológica de la enseñanza estratégica. Aplicaciones en el ámbito de las TIC de Monereo i Font, C. (2000) podemos observar esta progresión:

Evaluación
Intentando rescatar la voluntad sintética de esta entrada dejaré un esquema que debemos tener más que presente y que, por motivos obvios, no puedo desarrollar aquí, por lo que haremos con el conocimiento de las diferentes modalidades y sus implicaciones como con el valor a los soldados, presuponerlo. Solo una pista, no se trata de escoger, sino de complementarlos.

Aceptemos los errores
Dicho todo esto y a modo de arenga final, aceptemos que nos vamos a equivocar, pero que no podemos escudarnos en la buena voluntad o en las presiones recibidas. Lo único que debemos tener siempre presente es que un maestro o un profesor enseña mucho más que su materia y que nuestro acompañamiento es imprescindible. Si somos capaces de sustituir nuestro trabajo por marca número de página y de ejercicio, es momento de repensar nuestro desempeño.
Apliquemos el ciclo científico de diseño+aplicación+evaluación+rediseño. Tenemos una profesión difícil, que debe adaptarse y actualizarse a las nuevas demandas y a la que, para qué negarlo, le han saltado por los aires todos los asideros tradicionales.
Yo quiero verlo como una oportunidad de repensar muchas cosas, ojalá…

Bibliografía mínima
- Cabero Almenara, J., Llorente Cejudo, M.C. y Gisbert Cervera, M. (2007) El papel del profesor y el alumno en los nuevos entornos tecnológicos de formación. En Cabero Almenara, J (coord.), Nuevas Tecnologías Aplicadas a la Educación. Madrid: McGraw-Hill
- Corpas Martos, A. (2019). Desarrollo de la competencia comunicativa oral a través de los entornos virtuales de aprendizaje (Tesis doctoral) Universidad de Cádiz, España.
- Coll Salvador, C. (Ed.) (2008) Psicología de la educación virtual. Madrid: Morata
- Monereo i Font, C. (Coord.) (2000) Estrategias de aprendizaje. Madrid: Visor
- Silva Quiroz, J. (2011) Diseño y moderación de entornos virtuales de aprendizaje (EVA). Barcelona: Editorial UOC
